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Pues el clima sigue sin ayudar mucho, hace unos días así nos recibía la casa para empezar a trabajar:

Aunque las ventanas viejas le daban un toque especial a la casa, decidimos cambiar las ventanas por unas nuevas, más aislantes, para mantenerla calientita. Aún no están todas instaladas, y ya se siente que la casa guarda mejor el calor. También mucha más luz y amplitud.

Aprendimos a poner piso cerámico, un trabajo muy pesado...

Pero para ser la primera vez, nos quedó bastante bien:

Los baños están casi listos para empezar a instalar los muebles, y la recámaras para pintarse. Como que la cosa va agarrando forma.

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Las placas de aislamiento (que por cierto, eran más de sesenta) pueden pegarse o instalarse con estructuras de metal o madera, dependiendo el muro. En una casa vieja, cada muro representa una nueva manera de colocarlos, porque ningún muro está recto o simétrico. 

En el muro de una de las recámaras (el que rompimos por error), lo mejor fue poner una estructura metálica:

Que después se rellena con aislante de fibra de vidrio que evitará perdidas de calor (y que los vecinos nos escuchen):

Se colocan las placas de tabla roca y se atornillan a la estructura, y se resanan las uniones:

Para que quede algo así:

Después de mucho resanar y lijar, los muros están por fin listos para las capas de sellador y pintura, que esperemos poder dar pronto:

Todo pintaba muy bien (bueno, excepto nosotros a los muros), pues teníamos días muy agradables a pesar de estar en pleno invierno. Incluso un rosal de nuestro jardín floreció: 

Pero esta semana, así nos esperaba el coche para ir a trabajar:

Podrán imaginar que la casa parece un refrigerador. Pero ni el frío ni la nieve nos detienen, así que pronto más avances :D